
A esta generación que actualmente habitamos en este mundo, sin duda alguna nos ha tocado atravesar una situación inédita jamás vivida antes, con la aparición, como por “arte de magia”, del mortal coronavirus Sars Cov-2 que produce el Covid-19 y que ha diezmado a la población, principalmente a aquellos profesionales que laboraban en el área de salud alrededor del planeta, en su afán de salvar vidas ante el desconocido virus.
Todo ello, desencadenó desde hace poco más de un año una serie de medidas por parte de los gobiernos del mundo para evitar los contagios masivos que, iban desde los confinamientos de meses, aislamientos selectivos, uso de mascarillas, lavado de manos, guantes, protectores faciales, entre otros, en tanto se avanzaba en el descubrimiento de la vacuna que, gracias a Dios ya comenzó a distribuirse y aplicarse en varios países.
Sin embargo, el largo encierro, la ausencia de actividades diarias y la monotonía vivida por tantas horas, semanas y meses debido a la cuarentena, también ha hecho estragos en la población mundial y ha acelerado y reflejado episodios mentales que, afloran sobre todo en una situación de este tipo.

Cuidado de la salud mental
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ante los cambios de rutina que nos ha tocado desarrollar durante esta pandemia, ha hecho hincapié en el cuidado de la salud mental, a la par de la prevención por el coronavirus que apuntan hacia la preservación de nuestra salud mental, con una serie de recomendaciones que nos ayudarán a controlar situaciones de estrés, depresión, ansiedad, soledad, entre otros tantos que, pueden devenir a causa del confinamiento y el #QuédateEnCasa.
Nuevas realidades
En la medida que se desarrollaba la pandemia, surgieron nuevas realidades a las cuales los seres humanos debíamos adaptarnos para reducir el número de contagios y fue así como, emergieron las clases virtuales a todo nivel, teletrabajos, desempleo temporal, evitar contacto físico con familiares, amigos, vecinos y otras actividades, que fueron cambiando de manera radical nuestra rutina diaria.
Adaptarse a estos nuevos cambios de hábitos por vez primera en la vida , aunado al temor de contagiarse del Covid-19, sumado a la preocupación por las personas próximas más vulnerables, padres, abuelos, tíos ,etcétera hace más difícil el panorama que, a la postre puede degenerar en ciertos trastornos de salud mental y aflorar aún más entre quienes ya los padecen.
Replantearnos acciones
Sin duda, en una situación como la que vivimos actualmente, son muchas las actividades que se pueden realizar para cuidar tanto nuestra salud mental , así como también ayudar a quienes puedan necesitar mayor respaldo y atención en este sentido.
Principalmente hay que mantenerse informado sin agobiarse de noticias, escuchar los consejos de los entes nacionales y locales, recurriendo a fuentes confiables como la televisión, emisoras de radio y estar al pendiente de las recomendaciones de la OMS (@WHO) en redes sociales para saber cómo actuar y a qué atenerse.
Conservar la rutina diaria en la medida que sea posible o establecer nuevas rutinas y entretenimientos, levantarse y acostarse diariamente a la misma hora, mantener la higiene personal, consumir alimentos saludables y en horarios fijos, hacer ejercicios habitualmente combinando también estableciendo horarios para trabajar y descansar y reservar además un tiempo específico para desarrollar y hacer las cosas que le gusten.
Ya que los movimientos se encuentran restringidos, sin embargo el contacto social es de suma importancia, esto se puede ejecutar a través de videollamadas, mensajes de texto y llamadas a familiares y amistades.

Drogas y alcohol : malos consejeros
En situaciones de ansiedad como de depresión, el consumo de alcohol y drogas nunca han sido buenos consejeros. Esto se debe evitar por completo y/o limitar el consumo de bebidas alcohólicas e ignorar por completo las drogas.
El abuso de los videojuegos tampoco es recomendable, aun cuando sirvan para estados de relajación y entretenimiento, por cuanto se puede exagerar su uso y caer en la tentación de utilizarlo más tiempo de lo habitual.
Asimismo se debe mantener un justo equilibrio con las actividades y utilizar adecuadamente las redes sociales y emplear sus cuentas en la promoción de mensajes esperanzadores a propósito de la pandemia que nos arropa, corrigiendo y dando a conocer cualquier tipo de información errada que observe.
En lo posible desarrollar una labor altruista que contribuya con el manejo de la situación a otras personas, colaborar, hacerles el mercado, facilitarle y hacer más llevadera la situación. Si son padres, en momentos de estrés es totalmente normal que los pequeños de la casa requieran una mayor atención.
Sentir miedo es una sensación normal en momentos de incertidumbre como los que atravesamos, pero eventualmente ese mismo miedo se expresa de manera hiriente y puede afectar a segundas personas o su entorno, por tanto se debe manejar también adecuadamente este sentimiento.
Sanos con actividad física
Esta pandemia ha hecho que muchas personas permanezcan en casa, sentados y sin muchas cosas que hacer, resultando difícil a mucho continuar practicando una actividad física de rutina en gimnasios y otros espacios, pero la situación es más difícil para aquellos que son nulos en la práctica de ejercicios.
En todo caso, en una situación como la actual es imprescindible que las personas, indistintamente de la edad y capacidad física, se mantengan lo más activos posibles.
La práctica regular de ejercicios brinda beneficios para la mente y el cuerpo, reduce la hipertensión y el riesgo de padecer enfermedades del corazón, sirve para controlar el peso y evita accidentes cardiovasculares que pueden incrementar las comorbilidades ante la presencia del coronavirus. Por tanto, debemos estar también físicamente sanos para afrontar el peligro que representa el coronavirus.